GALERÍA JAVIER SILVA  

   

   

   

ARTISTAS /Artists

Escenas Volátiles

_ Pilar Álvarez

25.07 - 13.09.2015

 

 

 

 

«Han cambiado mucho las cosas desde aquellas primeras películas familiares filmadas con la cámara de super ocho. En esa época sólo algunas familias privilegiadas tenían acceso a ellas. Es el caso de la mía, gracias a las películas grabadas por mis tíos, hoy contamos con breves momentos que disfrutamos viendo una y otra vez en los encuentros familiares.

Francisco, mi hermano mayor, lleva 8 años recogiendo pequeñas escenas familiares que graba a diario con su iPhone. Cuenta ya con más de 7.000 vídeos en los que sus hijos son ahora los protagonistas. Este inmenso archivo es la materia prima de la que parte mi trabajo y lo es también en el proyecto, Escenas volátiles, desarrollado en esta residencia en la Galería Javier Silva. Durante este mes me he aproximado al material centrándome en aquellas escenas dedicadas al juego.

El juego es, en este caso, el espacio común entre todos los elementos dispuestos en la sala. Una serie de acciones en las que mi hermano se relaciona con sus hijos y en las que estos momentos de su infancia parecen volver y sobrevolar las imágenes.

La exposición recoge en Capturas 1979-2015 una serie de fotogramas dispuestos linealmente comparando dos momentos en el tiempo: El super 8 del 1978-79 en el que Francisco abre sus regalos de Reyes y debajo aquellas en las que sus hijos abren los suyos en la misma fecha, más de 25 años después.

Uno de los regalos recibidos aquel 1978 fue un helicóptero como los que vemos en la repisa de la sala. Los helicópteros, ya sin cables y totalmente teledirigidos, siguen siendo hoy un fetiche para Francisco, como muestra el montaje que forma parte de esta pieza.

A dos tiempos, el vivido por el padre y el vivido por sus hijos, discurre Corre, vamos, corre, la instalación de cuatro pantallas donde vemos como la misma escena de carreras que se muestra en la secuencia de fotografías -grabada en video analógico en 1985-, se repite en la vida de los niños proyectada en los paneles suspendidos del techo.

La reproducción de un hecho vivido en la intimidad del hogar parece desvirtuarse cuando el lugar y los tiempos son otros. Así ocurre en La Fila, que pasó de ser un juego de una tarde, en la que mis sobrinos se libraron de la siesta, a formar parte de este conjunto de piezas que plantean cuestiones sobre la relación de la representación creada y la memoria. La relación que establecemos hoy con este tesoro audiovisual es la incógnita que articula este trabajo.

¿Cómo estas imágenes y grabaciones configuran nuestra memoria? ¿Cómo estos recuerdos mediados condicionan nuestro presente? ¿Cómo influye la representación de la intimidad en el deseo de repetir ciertas vivencias? Puede que esta necesidad de grabar no sea más que una nueva forma de nostalgia mediante la cual los padres de hoy, acompañados de sus móviles, traten de recuperar aquellos instantes borrados».  

Pilar Álvarez

 

 

 

 

 


 



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